Alrededor de las 9:00 pm trato de conciliar el sueño, me he
sentido deprimido toda la tarde por la situación de la contrareloj. Suena el
teléfono y es Hector quien me dice: “Los Afamados hicieron alianza con los
Depres” “Te van a caer a palos mañana” “Se unirán para que no ganes”. Bueno, ya
estamos acostumbrado a eso ¿no es así? Fue todo lo que conteste.
A la mañana siguiente mientras esperábamos la salida en falso frente al Ayuntamiento todo el mundo parecía comentar acerca del “complot”.
La cosa estaba así: En nuestra contra de Afamado: Camacho,
Servin, Alcala y el Tumba unidos con Xiloman y Castelan de Depredadores. Contra
los Capes: Yapur y Gabriel Burgos. 2 contra 6.
Mi estrategia fue muy sencilla. Afamado se la va a jugar
con Camacho mi tarea será marcarle y esperar una oportunidad para atacar.
Como era de esperarse desde el principio de la carrera
Camacho empezo a mover sus piezas mandando a Tumba, Servin y Xiloman a la fuga
tempranera. El objetivo lograr que yo me desgastara persiguiéndoles.
El señuelo no funcionaria pues yo me quede a rueda de
Camacho sin mostrar la más minima intención de corretear la fuga.
La carrera avanzaba y dejábamos ir a todo el mundo. La fuga
ganaba más y más terreno. Yo con la paciencia de Job. El que se desespero fue el
Jalisciense que empezó a lanzar ataques para recortar distancia con los
escapados. Yo me mantuve al acecho reservando energías y sin mostrar ningún
interés por colaborar en la empresa.
Cuando finalmente alcanzamos al grupo que marchaba adelante
me di cuenta que había 4 corredores adelantados. Tumba y Servin (Afamado),
Monsivaes (SLP) y Xiloman (Depredadores).
Yo seguí en las mismas simplemente esperando y al acecho.
Dimos vuelta en Tulum y emprendimos el retorno. El clima con llovizna y viento.
Tuve que retirarme los lentes pues no veía nada.
Alcala y Camacho empezaron a desesperarse la diferencia con
la fuga era demasiado. Se acerco la camioneta de los Depredadores y Jalisco dio
la orden. “Diga a los fugados que se acuesten a dormir” La camioneta partio
velozmente a llevar la instrucción.
Después me enteraría que la orden motivo al de SLP a
atacarlos por lo que dejo flotando a Tumba y a Xiloman.
Los de Jalisco no eran los únicos desesperados. Mi Couch ya
se habia emparejado en un par de ocasiones para preguntarme “¿a que hora te vas
a mover?” Mi dirección técnica también veia perdidas las medallas.
Me acerque a preguntarle a un local: “¿cuánto falta?” a lo
que me contestaron: 40k. “Es el momento” pensé y espere por la
oportunidad.
Los Jalisco organizaron un relevo para recortar distancia.
Faltaban 30k a la meta. Gabriel me hizo una seña y ataque.
Parado en pedales acelere en violento ataque y me senté
para acelerar aun más, voltee un momento, nadie en mi rueda y el grupo atrás
alejándose rápidamente.
“Excelente” pensé. ¡Vamos por esas medallas!
Había dejado de llover, no se si el viento estaba a favor o
en contra.; no recuerdo si iba sufriendo, ni se a que velocidad rodaba. Creo que
estaba como poseído solo veía como me acercaba rápidamente a los ciclistas que
aparecían a lo lejos.
Pronto pude distinguir que eran Tumba y Xiloman “faltan 2
pense”. Reduje un poco la velocidad para recuperar algo de energías para
enseguida volver a acelerar a tope y pasar como un rayo a un lado de ellos.
Tumba se quedo. Xiloman pudo aguantar el ataque. Hice una seña para pedir el
relevo al Depredador pero no paso. Baje la velocidad y Tumba volvió a conectar.
Arranque de manera automática y fue definitivo para el Tapatío. Xiloman siguió
en la rueda.
Regrese a mi velocidad “crucero” exigiendo al de Quintana
Roo que pasara al relevo. La camioneta de los Depredadores se acerco a gritarme
--ayúdanos a entrar en las medallas Yapur-- gritaron. Voltee un momento y solo
les dije –Que se agarre por que llegando voy a atacar—
La punta de carrera ya estaba a tiro de cañón eran
Monsivaes de SLP y Servin de Jalisco. Baje dos piñones y lance un ataque de
medalla de oro. Cuando voltee a ver que paso el de San Luis y el Tequila seguían
ahí. El Depredador había desaparecido.
Monsivaes me dijo --vamos a colaborar para que la fuga
llegue a meta--; así lo hicimos y empezamos a hacer relevos parejos los
tres.
Pasamos por Xcaret y les arranque de nuevo. Me entraron y
arranque de nuevo. ¡Quería llegar solo!
Como no se quedaron les hice una seña para regresáramos a
los relevos.
Sabia que nos acercábamos a la meta y ataque de nuevo,
Mosivaes no parecía dispuesto a rendirse. “No se va a quedar” pensé. Me di
cuenta que estábamos entrando a la ciudad. Esto se tendría que definir en el
sprint. Mejor guardar algo de fuerzas.
Dimos vuelta para entrar al boulevard y pasamos el arco
final a contra-meta. Dimos vuelta en U para enfilarnos al último kilómetro.
Servin adelante yo en medio y Monsivaes atrás.
No pensé si estaba lejos o cerca, no pensé en nada. Solo
deje caer un piñón y arranque.
Parado en pedales la bicicleta iba de un lado a otro con
furia, las ruedas zumbaban en el pavimento. A la derecha Miguel (Jalisco) se
había retrasado. Por la Izquierda José Luis (SLP) empezaba a emparejarse
conmigo.
Monsivaes parecía estar apenas delante de mi, ambos
luchábamos con nuestras bicicletas por lograr la mayor aceleración. Recuerdo
vivamente sentir mis muslos fuertes y el cerebro les dio la orden de apretar aun
más. Fueron fracciones de segundo avente la bici al paso por la meta.
Escuchaba los gritos del publico como en un segundo plano,
el arco de meta paso veloz sobre nosotros me erguí sobre la bici levante los
brazos una y otra vez. ¡¡LO LOGRE!!
Mientras bajábamos la velocidad Monsivaes se acerco para
felicitarme. Frene y volví hacia la meta: Abrazos, gritos, ganas de llorar todo
eso y más.
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